
La desobediencia acarrea para Antígona su propia muerte: condenada a ser enterrada viva, evita el suplicio ahorcándose.Por otra parte, Hemón, al entrar en la cripta en la que había sido puesta Antígona, con el objetivo de salvarla, y verla muerta, intenta matar a su padre clavándole su espada, pero falla y atraviesa la espada en sus propias entrañas; mientras tanto, Eurídice, esposa de Creonte y madre de Hemón, se suicida al saber que su hijo ha muerto. Las muertes de Hemón y Eurídice provocan un profundo sufrimiento en Creonte, quien finalmente se da cuenta de su error al haber decidido mantener su soberanía por encima de todos los valores religiosos y familiares, acarreando su propia desdicha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario